martes, 22 de enero de 2013

El capricho de Madonna: Walter Zenga


Brilló como portero en el Inter de Milán y en la selección italiana entre los años 80 y 90 del siglo pasado. Su mayor decepción: no lograr el título mundial que la azzurra disputó precisamente en casa, en Italia, en 1990. Sus actuaciones como arquero no pasaron inadvertidas. Incluso la realeza se interesó por él. Realeza musical, en este caso. La reina del pop, la mismísima Madonna, insistió mucho en conocerlo. La cantante, de ascendencia italiana, estuvo en la tierra de sus ancestros aquel verano, poco antes de iniciar su gira por Europa. Allí, no dudó en asegurar que Walter Zenga, cuya estampa se encuentra justo encima de estas líneas, era, en su opinión, "el más sexy del Mundial".

Mucho se habló y se ha hablado desde entonces sobre si Zenga llegó o no a sucumbir a los encantos de la diva estadounidense. Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que su vida familiar ha sido bastante movidita: tres esposas, la última nada más y nada menos que 22 años menor que él y de nacionalidad rumana, merced a lo cual estaría en posesión también de este pasaporte. Nacido en Milán, el 28 de abril de 1960, su primer club en la serie A fue el Inter, tras unos pasos iniciales en la Salernitana, el Savona y el Sambenedettese. Como neroazzurro, entre 1982 y 1994, sumó un campeonato de liga, una Copa y dos Copas de la UEFA. En 1994, se cruzó con Gianluca Pagliuca, uno de sus relevos en la azzurra, para fichar por la Sampdoria, por dos temporadas, de donde pasaría después al Pádova y a los New England Revolution, de la Major League Soccer, la liga profesional norteamericana. En este último equipo, precisamente, colgaría los guantes, en 1999, y haría sus primeros pinitos como entrenador. A nivel individual, fue elegido por la IFFHS como mejor portero del  mundo durante tres años consecutivos, en 1989, 1990 y 1991.

De todos ellos, 1990 fue, quizás, su mejor año. La UEFA también lo consideró como el mejor portero del año, y muy posiblemente tuvo buena culpa de ello el gran mundial que firmó. No en vano, estableció un récord de imbatibilidad aún vigente, de 518 minutos, que contó a su vez con la involuntaria ayuda del árbitro. La selección de lo que entonces era Checoslovaquia consiguió batirlo en el tercer y último partido de la fase de grupos, pero el colegiado anuló el tanto al entender incorrectamente que había fuera de juego. Argentina, en las semifinales, y tras acabar el partido con empate a un tanto, acabó eliminando a Italia en la tanda de penaltis. "La suerte nunca sonríe a Italia con los penales, no sé decirte por qué. Además, el guardameta argentino, Goychochea, lo paraba todo. Con el lanzamiento de Olarticoechea tuve mala suerte, pues tiró a romper por el medio. Fue realmente triste acabar de esa manera", se quejó el meta en una entrevista concedida a la web oficial de la FIFA en 2006.

Su carrera como técnico también ha sido bastante prolífica. Tras empezar en los New England Patriots, se hizo cargo del Brera, del Nacional de Bucarest, del Steaua (con el que ganó la liga en la temporada 2004-2005), del Estrella Roja (con el que hizo doblete de liga y copa en la campaña 2005-2006), del Gaziantepspor turco, del Al Ain de Emiratos Árabes, del Dinamo de Bucarest, del Catania, del Palermo, del Al Nassr saudí y (no es una errata) del Al Nasr de Dubai, su último club hasta el momento. Sigue ligado al fútbol, su gran pasión, lo que más le gusta. Pero su aspecto actual dista mucho de aquel que lo convirtió, una vez, en el capricho de Madonna.

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