martes, 3 de septiembre de 2013

Con guantes y casco: Petr Cech


El final del pasado mes de agosto, además de señalar para muchos la conclusión de sus vacaciones, nos ofreció también una final europea con fuerte protagonismo desde la portería. Manuel Neuer, en la tanda de penaltis, ayudado también por el mal lanzamiento de Lukaku (mira tú por dónde, cedido al Everton casi sobre la bocina), le dio al final la Supercopa de Europa al Bayern de Pep Guardiola. El trofeo acabó engrosando la lista de conquistas firmadas por el club bavarés en este 2013, por mucho que otro guardameta, Petr Cech, se esforzara en hacer casi lo imposible para que el título viajara a las vitrinas de un Chelsea que se ha reencontrado con Jose Mourinho.

Cech lleva casi una década defendiendo la portería de los blues, el puesto en el que, merecidamente, se ha ganado a pulso el derecho a estar considerado actualmente como no de los mejores arqueros del mundo. Antes, se encargó también de defender como profesional el marco del Rennes francés, del Sparta de Praga o del Chmel en su país de origen, la República Checa, lo que era aún la antigua Checoslovaquia en el momento de su nacimiento. El Viktoria de su Plzen natal, donde vio sus primeras luces el 20 de mayo de 1982, fue el club en el que dio sus primeros pasos como futoblista. Inicialmente, no obstante, como delantero. Su del todo impresionante 1,96 de estatura, desde luego, también le permitiría ser toda una referencia en punta, muy especialmente en los balones aéreos, si bien desde finales de 2006 quizás no es demasiado aconsejable para él que un balón impacte en su cabeza.

El 14 de octubre de 2006, Cech y Stephen Hunt, centrocampista del Reading, pugnaban por el control de un balón dentro del área. Apenas se habían cumplido 15 segundos del encuentro. El meta se hizo con el esférico, pero se llevó un fuerte golpe en la cabeza, al sufrir el impacto de la rodilla del contrario. El diagnóstico fue realmente grave: fractura de cráneo con hundimiento que precisó de una intervención quirúrgica para ser corregida. Los médicos incluso señalaron que el checo podría haber perdido la vida en ese lance del juego. Su sustituto bajo los palos, Cudicini, también se llevó un fuerte golpe en los instantes finales del duelo, con lo que el encargado de defender la portería hasta el que el árbitro hiciera sonar por última vez su silbato sería el defensa John Terry.

La lesión fue especialmente complicada para Petr Cech. La estructura ósea de su cráneo no es tan robusta como la de prácticamente cualquier otra persona. Y eso tiene una explicación: es trillizo. Actualmente, no obstante, de ese trío sólo sobreviven él y su hermana Sarka. Michal, el tercero, falleció cuando sólo tenía dos años a causa de una infección cerebral. Además, tiene otra hermana mayor, Marketa. La gravedad de su lesión le obligó a introducir en su indumentaria un complemento muy poco habitual en el fútbol, más propio del rugby: un casco protector. Algo que, con el paso de los años, se ha convertido en parte del todo indisociable de su imagen. Incluso en los videojuegos actuales, tan atentos a los detalles como para reproducir incluso la marca y el modelo de los guantes que usan la mayoría de los metas presentes en sus bases de datos, no dudan en representarlo perfectamente ataviado con su obligada protección.

La gravedad de su lesión y el riesgo que supone jugar de portero no le han apartado de su puesto. En absoluto. Y, desde luego, ha seguido firmando paradas del todo impresionantes. Su palmarés con el Chelsea no está nada mal. Hasta el momento, suma, entre otros títulos, tres ligas y tres copas inglesas, una Europa League y una Liga de Campeones. A buen seguro, aspira a aumentar su colección en los próximos años. En su caso, defendiendo la portería con guantes y casco.

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