jueves, 28 de febrero de 2013

El portero que se creyó invencible: Mark Bosnich


Para defender la portería hace falta tener mucho carácter. Algunos arqueros deben convertirse en muros impenetrables, inasequibles al desaliento o al desánimo. Incluso, hay quien llega a sentirse prácticamente indestructible. Y ese sentimiento, precisamente, es lo que acabó condenando en última instancia la carrera de Mark Bosnich. Nacido en Fairfield, Australia, muy cerca de Sydney, el 13 de enero de 1972, desarrolló la mayor parte de su carrera como guardameta en la liga inglesa. En 1989 se incorporó por primera vez a las filas del Manchester United, en principio en sus categorías inferiores. Llegó a jugar incluso tres partidos con el primer equipo de los red devils antes de volver al Sydney Croatia, actualmente y desde 1993 conocido como Sydney United, el equipo en el que se formó como futbolista en Australia.

Su juego, no obstante, no pasó del todo inadvertido para los equipos de lo que ya estaba a punto de ser la Premier League, en apariencia tremendamente castigados por la escasez de porteros autóctonos de gran nivel. Bosnich se incorporó en 1992 al Aston Villa, tras participar con su selección en los Juegos Olímpicos de Barcelona. En ese club cosechó sus primeros éxitos, aunque tardó bastante tiempo en hacerse con la titularidad. En las semifnales de la Copa de la Liga inglesa, ante el Tranmere Rovers, se convirtió en héroe al detener tres penaltis, si bien confesó que debería haber sido expulsado antes del final de la prórroga por una fala sobre John Aldridge, ex delantero del Liverpool y la Real Sociedad. El triunfo ante el Manchester United en la final fue su primer gran trofeo. Distinción que repetiría en la campaña 1995-96. El borrón en su historial: realizar el saludo nazi ante los aficionados del Tottenham Hotspur, un club con muchos aficionados judíos en sus filas, lo que le costó una multa de 1.000 libras y las críticas de la Federación Inglesa

En 1999, tras la retirada de Peter Schmeichel, Bosnich volvió al Manchester United tras acabar su contrato con el Aston Villa. Dos años antes, había sido elegido mejor jugador de Oceanía. Como jugador del United, logró dos títulos de la Premier, en las temporadas 1999-2000 y 2000-2001, si bien en esta última campaña fue relegado incluso a la posición de tercer guardameta tras la llegada al equipo del francés Fabien Barthez y la incorporación, durante la temporada, del veteranísimo meta escocés Andy Goram. Tras rechazar una posible cesión al Celtic, se incorporó en la temporada 2001-2002 al Chelsea, club en el que iba a iniciar su descenso a los infiernos. Las lesiones le dejaron una temporada en blanco y, en septiembre de 2002, cuando parecía que al fin iba a volver a jugar, dio positivo por consumo de cocaína y fue sancionado durante nueve meses, lo que le costó además el despido por parte del club londinense.

Bosnich, en agosto de 2003, admitió haber consumido cocaína, pero sólo después de dejar el fútbol. "Si todo el mundo dice que lo hago, qué demonios, voy a hacerlo", explicó en declaraciones al tabloide News of the World. Según señaló, quería asustar a su novia, consumidora habitual, diciendo que se metería dos rayas por cada una que se metiera ella. "Me creía invencible", recalcó. Su historial, trufado también con una llegada por los pelos a su segunda boda tras un incidente con un fotógrafo en un club durante su despedida de soltero, atestigua muy bien esa creencia. Al final, se convirtió en un gran adicto. Tocó fondo cuando, creyendo que se trataba de un ladrón, apuntó a su padre a la cabeza con un arma de aire comprimido.

Tras caer tan bajo, y consumir casi 10 gramos al día, una situación que lo llevó incluso a declararse en banca rota ante un acreedor en 2008, trató de recuperar el terreno perdido. Convencido por un antiguo compañero en el Chelsea, el ex meta holandés Ed de Goey, se puso las pilas para volver a jugar. En esta ocasión, en un modesto equipo australiano, el Central Coast Mariners como sustituto de su arquero titular, Danny Vukovic, sancionado durante cuatro partidos de competición. Su regreso, en julio de 2008, fue todo un acontecimiento en su país. Tras la vuelta de Vukovic, no obstante, Bosnich no disputó ningún partido más tras esos cuatro encuentros. En mayo de 2009, firmaba con los Sydney Olimpics, con los que jugó en el tramo final de la competición. Actualmente, es comentarista deportivo. Una lesión precipitó su retirada. La suya, la de un portero que se creyó invencible. Pero que, desde luego, no lo era.

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