martes, 4 de diciembre de 2012

La asignatura pendiente: Frans Hoek


Lo cuenta él mismo en una serie de vídeos para la UEFA que pueden verse aquí: los porteros no siempre han tenido la atención específica que merece un puesto tan especializado y tan delicado como el suyo. Por eso, Frans Hoek, considerado actualmente como uno de los mejores entrenadores de guardametas a nivel mundial, decidió centrarse en ellos desde muy joven. Nacido en Hoorn, el 17 de octubre de 1956, él mismo probó qué se siente defendiendo las redes de un equipo en la liga holandesa, el Volendam, a cuya disciplina perteneció hasta 1985. Su mayor fama, no obstante, llegó tras colgar los guantes. Una lesión le obligó a dejar la práctica profesional del fútbol con sólo 28 años, pero eso no impidió que siguiera ligado a un deporte y a un puesto que le apasionaban.

Johan Cruyff, entonces en el Ajax, lo reclutó para que se encargara de crear una estructura técnica específica para porteros en este club, durante mucho tiempo uno de los paradigmas de la efectividad de la cantera. Allí, entre otros, trabajaría con Edwin van der Sar, tal vez el primer portero moderno, el primero que se implicó en el juego del resto del equipo, utilizando no sólo las manos, sino también los pies. Su fama fue creciendo, y hasta organizó campus de entrenamiento para porteros en Estados Unidos, con el apoyo de una de las marcas más famosas en equipación para guardametas, Uhlsport. Hoek seguiría bastante más tarde los pasos de su primer valedor y llegaría al Barcelona, de la mano en este caso de Louis van Gaal. A pesar del interés en los porteros mostrado por Cruyff en Holanda, el Barcelona no contaba con un preparador especialista para este puesto en el primer equipo.

Hoek permaneció en el Barça entre 1997 y 2003. Aunque Van Gaal dejó la entidad barcelonista por primera vez en 2000 y llegó a ofrecerle trabajar con él en la selección holandesa, rechazó su oferta. Por sus manos, pasaron muchos porteros. La meta azulgrana, desde la traumática marcha de Zubizarreta, a quien Cruyff anunció que no iba a renovar en la jardinera que llevaba a los futbolistas al avión tras la debacle del Dream Team ante el Milan en Atenas (4-0), estaba poco menos que electrificada. En ella se "quemaron" porteros más o menos consagrados, como Julen Lopetegi o Vitor Baia, o estrellas prometedoras, como Robert Enke, Francesc Arnau o incluso Pepe Reina. Sólo un meta en el ocaso de su carrera, sin nada que perder, como Ruud Hesp, se salvó momentáneamente de la quema. Y sólo por un par de temporadas. Hasta que Van Gaal, primero, y Frank Rijkaard, con más convencimiento, después, apostaron por un jovencísimo Víctor Valdés. Y ahí sigue.

Aunque las teorías y los ejercicios parecen ser lo suyo, a Hoek le faltaría algo muy importante para sacar el máximo rendimiento de sus pupilos: psicología. Les desafiaba a buscar cuál era la mejor manera de protegerse de un sol deslumbrante, bien con lentillas, pintura negra bajo los ojos, como en el fútbol americano, o con una gorra, y a justificar su elección y ponerla a prueba. En cambio, no parecía dársele muy bien meterse en su cabeza. Algo a lo que tampoco sería muy dado el propio Van Gaal. Su relación con los metas que tuvo bajo sus órdenes en su última temporada en el Barça, Valdés, Bonano y Enke, fue más que tirante. Así se lo confesó a una amiga en una entrevista el biógrafo del malogrado portero germano, Ronald Reng, quien presentó su libro sobre Enke la semana pasada en Barcelona.

La carrera como técnico de Hoek no acabó en el Barcelona. Trabajó otra vez con Van Gaal en el Bayern de Múnich y ahora vuelve a hacerlo otra vez en la selección holandesa. Con los años, seguro, se ha hecho más sabio. Más técnico. Incluso tiene una empresa que comercializa material de entrenamiento para porteros. Habrá que ver si la empatía sigue siendo su asignatura pendiente. 

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