miércoles, 21 de noviembre de 2012

El "príncipe" díscolo: Edinho


El guardameta cuya imagen vemos justo encima de estas líneas se llama Edinho. Fue portero, entre otros, del Santos en la década de los 90 del siglo pasado y, actualmente, realiza las funciones de ojeador en el cuerpo técnico del primer equipo de este mismo conjunto brasileño, rival del Barcelona en la final del último Mundial de Clubes. Hasta ahí, poca cosa, ¿no? Pero decir  a la vez el nombre del Santos y agregar que el jugador en cuestión se llama en realidad Edson Cholbi Nascimento debería dar muchísimas pistas a los más futboleros sobre su estirpe. Sí, estamos hablando de todo un "príncipe" del fútbol. Su padre no es otro que O Rei, el mítico Pelé, un apodo mucho más conocido que su nombre real: Edson Arantes do Nascimento.

A papá Pelé no le sentó demasiado bien que su vástago, nacido el 27 de agosto de 1970 de su relación con Rosemeri Cholbi, se dedicara a todo lo contrario que a él le dio fama en el fútbol, aunque con el tiempo acabara admitiendo lo complicadísimo que es jugar de portero. Intentaba evitar goles, no marcarlos. Edinho, tal vez sabedor de lo crueles que podían ser las comparaciones, apostó por este giro. Su estreno con el Santos fue toda una noticia en Brasil, desde luego. Pero sus condiciones no eran ni mucho menos las de su famoso progenitor, por mucho que se fuera directamente a las antípodas de su terreno, si bien dejó con intermitencia algunos destellos de clase, todo sea dicho. Su mejor logro con el Santos, no obstante, fue el subcampeonato de la Serie A, en 1995, justo por detrás del Botafogo. Un bagaje demasiado pobre para alguien de "sangre azul", futbolísticamente hablando.

Se inició tardiamente en el fútbol, tras pasar gran parte de su infancia y juvnetud en el extranjero, y eso, para algunos, justificaba el hecho de que se le considerara un portero más bien del montón, por mucho que, tal vez por eso de buscar la estela de la estrella del padre, hubiera quien reclamara su presencia en la mismísima selección canarinha. Como pasa muchas veces con los miembros más jóvenes en otros tipos de realezas Edinho se destacó por llevar una vida desde luego muy poco recomendable. Buscó emociones fuertes lejos de las canchas, llegando a ser condenado por homicidio en 1999 tras verse involucrado en una muerte durante el transcurso de una carrera ilegal. Su condena, a seis años de prisión, no obstante, fue después anulada y en 2005 finalmente fue absuelto.

Ése no fue su único encontronazo con la justicia. En junio de 2005 fue arrestado durante el transcurso de una operación contra el tráfico de drogas. Edinho reiteró su inocencia, aunque acabo confesando su adicción a la marihuana y provocando con ello las lágrimas de su padre. Entonces, no hubo forma de evitar que pasara por la cárcel, donde fue visitado por su famosísimo progenitor, poco menos que la encarnación de todo un dios en Brasil. Las aguas empezaron a volver a su cauce en 2007, cuando el Santos, en deuda eterna con Pelé, decidió incorporarlo otra vez a su estructura técnica como entrenador de porteros. Actualmente, ejerce funciones de ojeador y, por ahora, sus excesos parecen decididamente parte del pasado. ¿Habrá aprendido el "príncipe" díscolo al fin de sus errores? Sólo el tiempo lo dirá.

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